Salo
By Paula Cano Vergara
Vi la película hace un mes, y aún tengo la experiencia presente en mí.
Un grupo de jóvenes son torturados por otro grupo de chicos, que obedecen las órdenes de otro grupo de autoridad. La película tiene lugar en una villa italiana y la historia se cuenta en tres partes. La última parte se llama “Círculo de Sangre”. En la última escena, las víctimas son apuñaladas y quemadas, pero no mueren, porque la autoridad las necesitan para otros experimentos. Un chico desnudo es esposado y otro adolescente en uniforme militar le quita el ojo con un cuchillo. Desde un balcón, la autoridad observa la tortura con binoculares como si estuvieran viendo un partido de golf. Las personas torturadas tienen aspecto europeo y los agresores tienen rasgos latinos, ibéricos. La diversidad étnica es muy pronunciada. Es como si estuvieran atacando la belleza europea. La escena termina con los torturadores bailando un vals con música clásica.
No podría imaginar cometer semejantes actos violentos y seguir viviendo o siquiera hablar del amor. Tendría el papel de la víctima. La guerra no termina nunca. ¿Por qué? Porque la guerra es un proceso sin fin. En Colombia las autoridades tienen el poder de terminar la guerra. Pero la utilizan para cubrir sus negocios sucios de tráfico de drogas. Con la guerra pueden acumular dinero y conseguir contactos. Si vas al ejercito, el gobierno te paga. En este país, la guerra es un trabajo. Mi primo estuvo en el ejército colombiano y fue asesinado por las FARC, pero nunca supimos que pasó.
¿Por qué la gente pobre es asesinada y no las autoridades? Ellos nunca son víctimas! Estoy un poco preocupado porque en este país, uno puede ser castigado o atacado por expresar críticas. Si sabes más de lo debido, podrías desaparecer.